Sebastián Araya y Sebastián Triviño tienen algo más en común que su nombre de pila. Ambos pertenecen a la comuna de Quilicura; los dos terminaron sus condenas y están en el proceso de eliminación de sus antecedentes; y también se capacitación en soladura al arco en la empresa Indura, gracias al Programa “Volver a Empezar”.

Uno de estos usuarios es Sebastián Araya Escobar, casado con Bárbara y tiene 2 hijos. “Llegué al programa VAE por medio de una asistente social de la Municipalidad de Quilicura. Ella me habló del programa y de las personas que han estado privadas de libertad y quieren volver a empezar e iniciar una vida nueva”, cuenta Sebastián.

Agrega que las señoritas del programa lo visitaron y que la ayuda recibida ha sido mucha. “Hay cosas que solo nunca habría hecho. Al principio, no sabía mucho de qué me podría servir, pero mientras más avanza la capacitación, aprendo más y más. Hoy, creo que puedo dedicarme a esta profesión. Tuvimos clases teóricas de prevención de riesgo, de seguridad, y de soldadura. Al terminar el curso, me entregarán un diploma de soldador calificado. Espero más adelante postular a otra capacitación para especializarme todavía más y después trabajar en esto”, declara esperanzado Sebastián.

Respecto a su familia, este usuario del programa afirma que están “súper contentos, porque esta es una oportunidad que no cualquiera la tiene, pues estos cursos son muy caros y me ven muy motivado también. Ellos ven que puedo tener un mejor futuro para mi familia y para mí”.

Experiencia positiva

Por su parte, el profesor de los Sebastianes, Leonel Vilches, técnico nivel medio en construcción en metálica e instructor de soladura en el Centro Técnico de la empresa Indura, cuenta que el curso consiste en “instruirlos y formarlos desde cero hasta que lleguen hasta una calificación de soldador. Esto lo hacemos bajo la ética de un código de soldadura que habla sobre el acero estructural y formamos a la persona para que aprenda y se prepare para una calificación de soldador”.

Entretanto, Natalia Sanhueza, psicóloga y Coordinadora del Programa VAE en Quilicura, manifiesta que estos dos beneficiarios llegaron por demanda espontánea a solicitar apoyo al equipó comunal del programa. “Son dos jóvenes que se encontraban cesantes y ninguno con mayores estudios en ningún oficio. Su demanda era contar con mayores ofertas laborales en cursos de capacitación. En ese contexto, nosotros conversamos con la Fundación Reiventarse, la que estaba dispuesta a ofrecernos una capacitación en soladura en arco”, relata la profesional.

Y, por último, reflexiona: “Estos jóvenes se han adecuado de una manera muy positiva y se encuentran muy motivados para insertarse laboralmente. Como experiencia, para nuestro programa, ha sido muy positiva. Ellos y sus familias están muy contentos y tienen altas expectativas de lo que puede llegar a ser su futuro”.